Friday, October 28, 2016

Malditas cartas.

Doña Lina temblaba horrorizada, le sudaban las manos; de repente se echó a llorar. -¿Pero qué te dijo el brujo, mi amor? la preguntó Carmen, su mejor amiga que la había acompañado a leerse las cartas esa mañana calurosa de octubre en la capital isleña. -El muy burro me ha dicho que moriría el 28 de febrero de 2017 a las 03:30 pm. -Te dije que no vinieras donde ese animal que, encima de sacarte el dinero, te dice groserías, le dijo Carmen a su asustada amiga.

El 28 de febrero llegaron toda la familia y amistades a casa de Doña Lina para tratar de salvarla o para despedirse. Todos lloraban apenados alrededor de la sentenciada. A las 03:29 pm, se abalanzaron sobre la señora para impedir que Tánatos se la llevara al inframundo vaticinado por aquellas malditas cartas. Apelotonados, todos la abrazaron con solidaria fuerza. A las tres y media de la tarde Doña Lina murió asfixiada.







Tuesday, August 2, 2016

Los paquines o penecas del recuerdo

¿Quién no recuerda el “paquín” o peneca en Nicaragua?


Según el diccionario, ‘pasquín’ es un escrito que contiene una crítica contra un gobierno, una institución o persona y se coloca en un lugar público.
En Nicaragua un paquín, o peneca como también se le conocía, era una revista de historietas ilustradas o tiras cómicas completas o en capítulos que en los años sesenta se alquilaban a “chelín” en los mercados, ventas y puestos de revista o bien se intercambiaban o se compraban a “peso” en las pulperías .

Recordemos algunas de origen estadounidense conocidas como ‘Comics’ en ese país (‘Tebeo’ en España): El Llanero Solitario, Superman, Cheyenne, Opalon Cassidy, Roy Rogers, El Hombre Araña, Los 4 Fantásticos, Linterna Verde, Turok, Batman, Chanoc (de origen mejicano), Archie, La Pequeña Lulú y un largo etcétera.

Pues bien, investigando un poco, ‘El Peneca’ fue un semanario ilustrado para niños que publicó en Chile la editorial Zig-Zag entre 1908 y 1960 y que aparecía todos los sábados. Como dato curioso, entre esos cuentos infantiles muy chilenos y desconocidos en Nicaragua apareció una versión del Comic estadounidense ‘Roy Rogers’, con subtítulo ‘El rey de los vaqueros’.

El origen de la palabra ‘peneca’ no lo he podido encontrar por ninguna parte, sin embargo me he encontrado con algo interesante en Wikipedia que podría estar relacionado con el origen de esa palabra:


«Pinakes (en griego antiguo Πίνακες "tablas") es el nombre con el que se conoce uno de los primeros catálogos de libros, elaborado por Calímaco de Cirene. El nombre original del catálogo era "Tablas de personas eminentes en cada una de las ramas del aprendizaje, junto con una lista de sus escritos", y se cree que tenía más de 120 libros, una cantidad superior a la Ilíada, atribuida al poeta Homero. El catálogo era un conjunto de índices utilizados en la Biblioteca de Alejandría en Egipto, empezada en el tercer siglo a. C. Según algunos autores, como Lionel Casson, no sobrevivió ninguna parte del catálogo, y sólo es conocido a través de citas que dan una aproximación a la organización del conjunto de las tablas. Sin embargo, otros autores como Svend Dahl afirman que sobrevivieron escasos fragmentos que, al igual que las citas de Casson, dan una idea aproximada de lo que contenía el catálogo.»






 

Tuesday, July 12, 2016

El Cable

EL CABLE

Papayón era un amigo mayor que nosotros, con experiencia de calle, de guaro y de pleitos. Un día de 1967 nos convenció a mis otros dos hermanos menores y a mí de ir y acompañarnos donde las putas, de las Siete Esquinas para allá arriba. Yo ya había cumplido los trece años y, según él, ya era hora de hacerme hombre. A como pudimos conseguimos cinco córdobas y un chelín cada uno. El día convenido y al caer la noche nos reunimos en el parque central de Masaya, nos persignamos desde afuera de la iglesia para que Dios nos protegiera de los chivos y nos encaminamos a la zona. Papayón nos dio un traguito de Santa Cecilia a cada uno para coger valor. Al llegar a la casa escogida por nuestro guía nos recibió una madame seria, con gesto grave. Un poco oscuro el sitio, entrando y a la izquierda había una roconola, en el piso lleno de aserrín quedaban las pisadas de algunas parejas bailando despidiendo olor a alcohol, a desodorante Odorono y a pintura de labios. A la derecha estaban las muchachas sentadas en sillas de esas de alquiler para cumpleaños. Detrás habían cortinas que tapaban las entradas a los cuartos. Papayón me dijo que me iba a escoger a la más vieja porque tenía más experiencia y daba mejor servicio. -Dame el chelín, me dijo el vaqueano, te voy a poner una canción que a la puta le encanta porque se mueve mejor. A mis otros dos hermanos también les pidió el chelín. Vino hacia mí una vieja culona como de cincuenta años, tenía un vestido verde hasta la mitad de los muslos y calzaba tacones blancos. Con toda amabilidad me tomó de la mano y me dijo: -Vení papito que te voy a hacer rico. Aquella tijera tronaba y ella gemía para hacerme creer que yo la estaba castigando duro. Allá en la sala sonaba a todo volumen la canción que Papayón me había puesto en la roconola; era «El Cable» de Hugo Blanco, un arpista venezolano que estaba de moda en esos días. Al final del descubrimiento de la mujer, la doña me dijo: -Tomá mi amor, limpiate el boli con esto y lo tiras en la vasinilla. Cuando salimos de ese templo del deseo, mis dos hermanos y yo nos encaminamos a casa con paso firme a lo John Wayne, sacando pecho de machos callejeros. Al llegar a casa nos robamos escondido una botella de alcohol, por recomendación del mismo Papayón, y nos fuimos a un solar vacío detrás de la casa; nos bajamos los pantalones y nos lavamos con alcohol las pirinolas. Todavía escucho los gritos en mis oídos.







Thursday, June 16, 2016

Enséñame tus dientes de teclas.


Aunque no es muy frecuente encontrarse con un ¡Ja, ja, ja! en una obra literaria y que, además, suena de mal gusto y poco elegante, hoy en día es muy común el uso de la onomatopeya de la risa en los “chats” de las redes sociales.
En un principio, cuando yo empecé a usar Facebook y a “chatear” con los amigos, no usaba el jajaja por considerarlo cosa de bobos. Siendo yo un adicto al doble sentido y al humor negro pensaba que todos hablábamos ese mismo lenguaje y se cogería el chiste a la primera. Pues no siempre sería así. En más de una ocasión tuve problemas, mal entendidos, por no reforzar la oración con un jajaja. Me di cuenta que no es lo mismo soltar “una” a secas para que la cojan al aire, que “una” rasante con el jajaja de colilla. En otras palabras, cualquier cosa que digas de joda sin el jajaja, te ganas un enemigo y o te borran del feibú. Desde entonces uso la onomatopeya de la risa porque casi todo lo que digo es en plan de joda. Y también ahora entiendo por qué todos la usan.
Hay diferentes maneras de escribir la risa, dependiendo del humor o la intención. Para empezar, la forma correcta de escribirla es con comas (¡Ja, ja, ja, ja!) pero en un chat nadie tiene tiempo de obedecer reglas. Además es más fácil teclear jajajajaja… hasta el infinito sin ningún esfuerzo. La cantidad de jaes debe de ser proporcional a la cantidad de risa acumulada. Ej.: Ja. Jaja. Jajaja. Jajajaja. Jajajajajajajajajaja… etc. Si la carcajada es enorme, entonces pudiera ser: ¡Jaaaaaaaájajajajaja! De ahogo: Jajjjjjjjjaaajjjjjj!
Por otro lado tenemos todas las vocales risueñas. Ej.: ¡Jajajaja! Denota risa franca y carcajada ¡Jejejeje! Denota risa sarcástica o maliciosa. ¡Jijijiji! Denota risa tímida o de complacencia. ¡Jojojojo! Es risa de anciano, de gordo o de Santa. Y por último el ¡Jujujujuju! Que es risa soltada poco a poco de alguien que tiene tos o enfermedad respiratoria. También hay risas étnicas, la del nicaragüense sería ¡Cuajcuajcuajcuaj!

Hay otras formas de expresar la risa como LOL ("Laughing Out Loud" en inglés) pero prefiero el jajaja por ser más natural que un frío LOL o un emoticón.