Saturday, March 18, 2017

¿Público o anónimo?


A propósito del síndrome de las redes sociales. Se dicen tantas cosas de internet, de los celulares o móviles. Es una guerra de nervios que, uno piensa, si sería mejor aislarse en una cueva en donde nadie te localice pero…por satélite lo pueden hacer, de todas formas. Recordemos la maravilla de los rastreadores o GPS que te van guiando con lujo de detalles por calles y carreteras, lo cual quiere decir que son capaces de ver las hormigas del muro de tu patio.

Del celular se dice que da cáncer, que te estalla en el bolsillo, que te pueden localizar desde donde llamas, etc. Y qué decir de la internet, miles de conjeturas que te atemorizan. De hecho te pueden coger, al azar, con pornografía infantil o simplemente descargando música pirateada en grandes volúmenes. Eso es una realidad. Ahora que por medio de las redes sociales analicen tus gustos, preferencias, ideologías, actividades etc. ¿También es posible? Es muy difícil analizar a millones de personas en el mundo entero con fines de “seguridad o defensa nacional” o “marketing” pero no imposible. Recordemos los anuncios comerciales (acordes con nuestros gustos) y que aparecen en Facebook en la página de inicio, por ejemplo. Y qué decir de la experiencia de la ‘Primavera árabe’ la cual les habrá servido de lección a los gobiernos para tomar más en serio las redes sociales como medio de convocatoria y rebelión.

En cuanto al tema de las fotografías familiares que colgamos en nuestro muro y que se dice que son expropiadas para siempre por Facebook, haciéndose de los derechos de propiedad con fines de mercadeo y de un largo etcétera., tengo mis propias reservas o dudas pues no he logrado entender o asimilar el valor personal de ellas que puedan tener para cualquier organismo. Mi pregunta es la siguiente: ¿Qué beneficio pudiera sacar cualquier estamento gubernamental o comercial con mis fotografías personales que comparto con familiares y amistades en FB? Pienso que ninguno, las fotografías no tienen mayor valor para nadie más que para el individuo y su círculo de familiares y amistades; a no ser que sean fotos artísticas de valor universal, desde el punto de vista fotográfico. O bien que algún depravado furtivo las utilice para masturbarse o para cualquier otro uso poco ético. ¿Quién controla eso? En ese caso se deben de seleccionar cuidadosamente las fotos a compartir de manera que no inciten al morbo. El sentido común también nos dice que no debemos compartir en público datos como direcciones, números telefónicos, sitios donde uno se encuentra, etc.

Personalmente pienso que a nadie de los descendientes de mi gran familia paterna y materna le interesa mis viejas fotos, mucho menos las de mis antepasados. Cuando yo me muera se perderán y quedarán en el olvido. ¿Privacidad a costa de anonimato? Prefiero publicarlas entre el círculo de amigos y familiares que aún lo aprecian a uno. El día de mañana estaré muerto y a lo mejor alguien tiene curiosidad de ver lo que pasó a mi alrededor en vida; por el contrario, si elijo la privacidad, ningún descendiente se acordará de un tal Ulises del siglo XX. Prefiero que Facebook las tenga aunque seguro que no sacará ningún provecho de esas fotos que no tienen valor para nadie más.





Monday, February 13, 2017

Apología a mi generación

No recuerdo quién en este momento pero hace 2500 años, un filósofo griego se quejaba que la juventud de "hoy" estaba descarriada y era irrespetuosa, que no querían hacer nada y que "en mis tiempos de juventud" la juventud era más virtuosa e instruida.

Esto quiere decir 2 cosas:
1o- Que el síntoma de 'todo tiempo pasado fue mejor' es nada más que eso, un síntoma de juventud, un momento inédito de juventud personal. Por otro lado, la vida transcurre paralela al desarrollo tecnológico que avanzan en progresión geométrica. Para un individuo de cualquier época el pasado fue más simple y sencillo. 
En 1982 un anciano, don Emilio Manescau, amigo mío de 95 años, me decía que la vida en Madrid era tan agradable que no tenía nada que ver con la vida agitada de "hoy", con las calles llenas de automóviles bulliciosos; el hombre desde que se levantaba era con su corbata, chaleco, sombrero, bastón, reloj de bolsillo, paseando por los bulevares y quitándose el sombrero delante de las damas, (dicho sea de paso, conoció a Rubén Darío en un bar del paseo del Prado en donde solían reunirse en tertulias los intelectuales de la época). O sea que para nuestros nietos el "hoy pasado" será mejor que el "hoy futuro".

Y 2o- No siempre se cumple este fenómeno de perspectiva personal. El mundo avanza, evidentemente, y para mejor. Los derechos humanos y los avances tecnológicos hacen que este mundo sea cada vez mejor aunque no lo parezca. Las telecomunicaciones nos ponen el mundo al día y a nuestro alcance. Tenemos una expectativa de vida mayor y menos posibilidades de morir atravesados por una espada, o comidos por un león, o decapitados por una guillotina. Con la abolición de la esclavitud en USA para los negros no era posible decir que todo pasado fue mejor. 
¡Ah! Pero sin embargo, hay excepciones de “pasado mejor”; los años sesenta fueron algo extraordinario, fue una revolución social y cultural que se inició con la postguerra, que nació con el estigma de una guerra brutal e inhumana en la que la juventud sobreviviente demandó un cambio urgente y renovador, sobrevivir a ese “apocalipsis” era renacer, ser libre. Nuevos pensamientos, ideas e ideologías (no tan nuevas) se empezaron a propagar por el mundo. Por primera vez en la Historia la juventud pasó a ser protagonista de los cambios: revoluciones sociales y revoluciones culturales. Al menos en el ámbito musical, por primera vez, la gente joven marcó la pauta de cuál sería el nuevo rumbo de la música. Ese sentimiento de rebeldía inicial impulsó la música por nuevos derroteros imprevisibles, echando mano de nuevas tecnologías y desoyendo sacrílegamente a las inamovibles teorías musicales. 

Por mi parte, no dudo en pensar que en la década del sesenta comenzó un nuevo RENACIMIENTO de la música. Esta vez de la música popular que, por primera vez, fue protagonista, relegando a la música académica a un segundo plano o al museo de la música. Las fuentes de inspiración y creatividad parecían no tener límites. El Rock, tan maleable en sí, empezó a fusionarse con la música clásica, el Jazz y el Folk, creando nuevos estilos y corrientes musicales. Luego se universalizó al fusionarse con ritmos étnicos: raga-rock, celtic-rock, andean-rock, flamenco-rock, tropical-rock, etc. En España e Iberoamérica la música nacional empezó a adoptar el rock y lo hizo suyo. Particularmente Brasil, con su inagotable riqueza musical no fue la excepción en cuanto a la asimilación del rock siendo el bosa el más beneficiado. La música pop sufrió cambios tan incontenibles y en tan poco tiempo que (aprox.: 1964-1974) la pronta decadencia fue inevitable, acelerada por el mercado saturado, la crisis del petróleo y los nuevos parámetros impuestos por las casas disqueras que frenaron la creatividad composicional para dar paso al comercialismo y la moda. La mediocridad invadió poco a poco la industria de la música y los músicos pioneros y creativos tuvieron que adaptarse y venderse al nuevo orden músico-comercial o a exiliarse en las plazas públicas, o en las estaciones de metros.

Sin duda alguna nos ha tocado vivir, a nuestras generaciones de la post guerra, tiempos históricos en los que ellas fueron protagonistas de un cambio profundo que todavía hoy se hace sentir. Dentro de cientos de años se hablará de la generación del Sesenta, estoy seguro. Y esta incluye, desde luego, a la germinación de los Cincuenta y a la culminación de los Setenta.



Friday, February 3, 2017

Sevilla 1976

En la primavera de 1976 viajé de Granada a Sevilla para visitar a Silvia C. Roehner (Silvia Huete Bendaña) mi hermana. Yo estudiaba geología en Granada y ella medicina en Sevilla. Vivía en un pequeño apartamento con una chica ecuatoriana que le decía "ñañita" a mi hermana porque en quechua "ñaña" significa "hermana", ambas estudiaban la misma carrera. Una mañana me dijo Silvia que me apoyara en el marco de la ventana de su cuarto para tomarme esta foto con nuestra camarita chiclera, como dice Augusto Cesar Tablada Molina. Hacía un sol estupendo, la luz entraba en diagonal, de manera que creó contrastes de luz y sombra en el relieve de mi cara de forma natural. Desde luego que fueron una pose y un instante afortunados, de esos que no se repiten. Yo quise hacer lo mismo con mi hermana pero no me salió bien la foto, todavía se la debo. Es interesante lo mucho que ayudan las fotografías a memorizar y relacionar momenentos de la vida cotidiana con la cronología de la vida de uno, el entorno y los sucesos nacionales e internacionales. Estoy seguro que es un buen ejercicio para prevenir el alzheimer y un buen pasatiempo para el aficionado a la "arqueología de familia".




La vida es una barca



LA VIDA ES UNA BARCA (Calderón de la Mierda)
Alguien escribió esto en el muro de la ‘Peña de Amado’, único centro cultural y bohemio en el Miami Beach de los ochenta donde Bronce hizo sus recitales de los sábados en 1988 en un ambiente muy latinoamericano al estilo ‘Peña de los Parra’ de Chile, con chatos de vino tinto y comida casera hecha por el propio Amado. 

Amado Rafael es un poeta, compositor, músico y cantante de la Nueva Trova Cubana residente en Miami. Su peña la había instalado en la sala de su casa, muy cerca de la playa de South Beach. El público -casi todos amigos o conocidos- socializaban en la cocina y el corredor del patio donde se podía fumar tabaco. La tarima estaba en la sala con un buen equipo de sonido controlado desde un pequeño closet adyacente. Los asientos eran plegables para unas 40 personas silenciosas en penumbra, los músicos estábamos detrás de los micrófonos bañados por una suave luz de colores en el “stage”. 

La mayoría del público estaba formado por cubanos librepensadores, muchos de ellos artistas en el exilio como Amado, el resto éramos colombianos, nicaragüenses, venezolanos, peruanos, puertorriqueños, mexicanos, chilenos, argentinos, bolivianos, estadounidenses anglosajones, etc

Desafortunadamente, la peña no duró mucho porque el panorama musical estaba cambiando; la música bailable era más vendible que la música introspectiva o con contenido social o folclórico. La Lambada, la Sopa de caracol y el Santo cachón acabaron con el último refugio de trovadores, «La Peña de Amado». Amado, aquí abajo en la foto.



Isabel



Isabel nació y creció en el pueblo, en las estribaciones de Sierra Nevada. Ayudaba a sus padres con la cosecha de nabos y zanahorias en la era, al lado de la vega del tío Honorio, en las afueras de Órgiva. “Después que nieva, el frío pela”, solía decir su madre. Y era verdad, Isabel tenía los cachetes rojos como todas las alpujarreñas de su edad. El viento frío de la sierra dilata los vasos capilares y hace que la piel se arrugue como los surcos de labranza. Isa, como la llamaban sus padres y hermanos, asistía al cole por las mañanas, el resto del tiempo lo dedicaba a las hortalizas o a ordeñar la vaca que heredó de su abuelo. Los domingos eran de misa con ropa limpia y salir de bares con los amiguetes, luego volvía a las faenas domésticas. Veía TV por las noches y soñaba con emigrar a la gran ciudad, quería ser alguien importante. Un día cogió el tren rumbo al norte. El norte es símbolo de prosperidad, allí está la civilización y los grandes aeropuertos. Dijo adiós a sus llorosos padres y se marchó a Barcelona.
ISABEL (uhb)
Llegaste Isabel a la ciudad
Tu aldea quedó atrás
En taxi vas de la estación a la pensión
Dos filas de edificios te saludan ¡Nadie más!
¡Oh, Isabel Mejillas de rosas!
Te va a cambiar el corazón
La forma de ser, de sonreír
Y la timidez de tu mirar.
Isabel del sur
En ninguna plaza nunca más
Verás el mismo sol
Sobre tus cabellos ya no lucirás
El cielo azul.
Isabel del sur
Quién verá tu rostro si se pierde
En una nube gris
Quién oirá tu voz dime quién
Se enamorará de ti, Isabel.
Tú serás una más en el mar
De gente de la ciudad
Tú serás una más, Isabel.
………………………………………………………………
Tema compuesto (España, 1979) arreglado, grabado y producido (Miami 2008) por Ulises Huete Bendaña. Grabado en una Boss de 16 canales y mesclado con Cakewalk. Todos los instrumentos y voces por UHB: Tres voces, guitarra española, guitarra eléctrica y teclado (batería y bajo).




Turismo urbano en Nicaragua



Nicaragua se ha convertido en un Estado religioso. Desde el gobierno "Revolucionario Cristiano", pasando por la asamblea con una Biblia de consulta en cada banca, hasta el pueblo -en su mayoría- que te da las “bendiciones” las veces que sean necesarias al día. 

Otra es la proliferación de cultos variantes del cristianismo que ganan cientos de adeptos cada día, encandilados con la venta de terrenos en el cielo, todos intolerantes y excluyentes, que incluso reniegan de sus propios familiares si éstos pertenecen a la tradicional iglesia católica o a ninguna iglesia en particular. 

Las fotografías que muestro son, apenas, una ínfima muestra de las cantidades de establecimientos comerciales que observé en este último viaje a la patria. Los nombres denotan compromiso con la recompensa divina ofrecida por la denominación a la cual representan, es un compromiso comercial o alianza comercial para entregarse a Cristo con diezmos y donaciones -a través del pastor delincuente- a cambio de la bendición del negocio. 

Nicaragua ha sido siempre un pueblo profundamente religioso que cambió sus antiguos dioses sanguinarios por el Dios racista de los hebreos y el Cristo sanguinario de los romanos por medio del adoctrinamiento de la iglesia católica de los conquistadores españoles resguardada por la espada, la hoguera y los empalamientos. 

Nicaragua es cristiana desde hace quinientos años por accidente y por imposición militar y teológica, con todos sus dogmas tradicionales machistas del concilio de Nicea y -en la actualidad- bombardeada con las nuevas modalidades de cristianismo del siglo XXI, mangante y timador, desarrolladas principalmente en los Estados Unidos con sus efectivos estudios y prospecciones de marketing. 

Es realmente vergonzoso que el noventa y nueve por ciento de la infraestructura turística nicaragüense corresponde a templos religiosos. Nuestros monumentos de siglos pasados no son ni pirámides de Keops o de Chichén-Itzá, ni palacios de Versailles, ni grandes bibliotecas de Alejandría, ni grandes museos de Louvre, ni un teatro de La Scala, ni un acueducto romano, ni una muralla china...todo lo que tenemos son iglesias y más iglesias. 

León, mi ciudad de origen, es la ciudad de las 1000 iglesias (para exagerar la nota), en cada esquina hay una iglesia del siglo XVII, del siglo XVIII, del siglo XIX...Claro, tienen su valor arquitectónico e histórico pero nada más, representan nuestra religión impuesta, no nuestra cultura hispanoamericana, es decir, no hemos adquirido lo mejor de la cultura de España y lo mejor de la cultura de América más los ingredientes africanos y asiáticos. 

En León tenemos el pequeño Teatro José de la Cruz Mena, en Juigalpa el pequeño Museo Gregorio Aguilar Barea, en Managua el modesto Teatro Rubén Darío... ¿Qué más? Solo Iglesias. Lo que nos salva en Nicaragua es su naturaleza, su flora, su fauna, su geografía y geología tan variopintas y -desde luego- su gente hospitalaria y alegre pero que arrastra la pesada cruz que le impide su desarrollo cultural, social, político y científico-tecnológico. Es una triste realidad.










¡Ojo!



La astronomía mira hacia arriba, 
la geología hacia abajo, 
la arqueología hacia atrás, 
el periodismo hacia los lados 
y la tecnología siempre hacia delante. 
Todos son importantes. Un pueblo sin pasado no tiene futuro y por eso es bueno ver hacia atrás de vez en cuando; hacia abajo para no caernos; hacia arriba para que no nos caigan; hacia delante para prolongar el ADN; hacia los lados para cuidarnos de los políticos.